Dos burros caminaban por un camino polvoriento. Uno
caminaba con gran dificultad porque iba cargado con sal; el otro, más ligero
porque llevaba una carga de esponjas.
El burro que iba cargado con sal dijo al que llevaba
las alforjas llenas de esponjas:
-Deberíamos intercambiar las cargas, yo ya he llevado
durante mucho tiempo estas alforjas tan pesadas.
Pero el otro se opuso, quería llevar las esponjas. Al
poco rato empezó a llover. El agua disolvió la sal y, en cambio, hizo que
aumentara el peso de las esponjas al quedar empapadas de agua.
-Ahora podemos intercambiar las cargas -dijo el que
iba cargado de esponjas. Pero esta vez su compañero no quiso.
«Nunca está de más prestar atención a los que sufren.»
0.999.5 anonimo fabula
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