Lechucilla no estaba contenta y soñaba con una vida
más cómoda y feliz. Cierto día vio que en un palomar cercano las palomas
blancas vivían muy bien, comían lo que querían y no necesitaban trabajar.
Lechucilla, muy decidida, no se lo pensó más, se pintó
de blanco y se fue al palomar.
Al principio, las palomas, que eran despistadas, no se
dieron cuenta. Pasó el tiempo y Lechucilla se fue confiando. Un día gritó como lo
hacen las lechuzas y las palomas se dieron cuenta del engaño, descubriendo la
verdad, y expulsaron a Lechucilla del palomar.
Triste y resignada, Lechucilla regresó a su verdadero
refugio, pero sus anteriores compañeras, al verla pintada de blanco, no la
reconocieron y la echaron a picotazos.
«Agradece lo que tienes y no envidies a los demás.»
0.999.5 anonimo fabula
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