Un día se acercó a la manada de cebras un macho solitario.
Como hasta entonces los días habían sido muy monótonos y aburridos, todas
estaban encantadas con el nuevo visitante.
La más bella enseguida quiso llamar su atención y él
se sintió muy complacido, pues era realmente hermosa y destacaba por ello entre
las demás.
Pero un atardecer el forastero salió a pasear y vio a
una cebra cerca del lago, contemplando la puesta de sol. Se dio cuenta de que
no era especial-mente hermosa, pero era muy simpática y agradable. Rieron y
hablaron de muchas cosas y al anochecer el forastero le declaró su amor.
La cebra coqueta se sintió ofendida, pues el forastero
había preferido la simpatía e inteligencia de su amiga a la gran belleza que
ella tenía.
«El éxito no se obtiene por ser guapo. Hay valores más importantes.»
0.999.5 anonimo fabula
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