Ratita era una estupenda bailarina, pero se lo tenía
muy creído y miraba a sus compañeras de la academia de baile con superioridad.
Cierto día, Ratita dio un mal paso de baile, cayó al suelo y se rompió una
patita. El médico, tras examinarla, dijo muy triste:
-Lo siento Ratita, no volverás a bailar.
¡Imaginaos su desolación! El baile era toda su vida.
¿Qué haría ahora?
Sus compañeras, conmovidas, se reunieron para
encontrar alguna solución. Por fin, decidieron nombrarla su profesora de baile.
Así podría enseñar su arte a quienes antes había despreciado.
Ratita, al saberlo, lloró y exclamó:
-¡Perdonadme! ¡He sido tan cruel!
-Todo está olvidado, Ratita. Ahora debes mejorar -le
dijo una compañera.
Así fue la mejor profesora de baile de la academia y
no volvió a despreciar a nadie..
«Las buenas acciones tienen su recompensa.»
0.999.5 anonimo fabula
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