Tortuga y Chimpancito son muy buenos amigos. Pasan
juntos la mayor parte del día en la playa, pues el mar es el hogar natural de
la primera y al segundo le apasiona el oleaje. Tienen largas conversaciones.
Tortuga vive sola con su madre y cuando entra en casa la encuentra en la cama,
con aspecto de estar gravemente enferma. Una vecina atiende a la enferma y dice
a la pequeña.
-Tu madre está muy mal. Solo puede salvarse con un
extracto de corazón de mono. Debes traérmelo cuanto antes para que lo prepare
debidamente.
El problema es muy serio.
¿Extracto de corazón de mono? Eso no lo venden en
parte alguna. ¿Cómo obtenerlo? De repente, Tortuga se acuerda de su amigo
Chimpancito. Su corazón podrá servir...
Tortuga lucha consigo misma durante mucho tiempo pero,
al fin, se decide. Cita a su amigo a horas intempestivas de la noche, en la
playa que suelen frecuentar y allí acecha su llegada, armada con un gran
cuchillo. Cuando tiene a Chimpancito lo bastante cerca, se ábalanza sobre él e
intenta matarle. Este, muy hábil y rápido, esquiva la cuchillada y reduce
finalmente a su amiga.
-¿Cómo has podido hacerme esto, Tortuga? -dice él,
estupefacto. Te creía amiga... y has querido matarme...
-Necesito tu corazón para salvar a mi madre,
Chimpancito. Está muy enferma y es la única solución -contesta ella
desesperada.
Por supuesto, Chimpancito no se presta a donar su
corazón y Tortuga no puede evitar perder al mismo tiempo a su madre y a su
amigo.
«No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.»
0.999.5 anonimo fabula
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