Felisa era una gallina muy trabajadora. Como no tenía
dinero, dejó muy pronto los estudios y enseguida se puso a trabajar para ayudar
a su familia, que era muy pobre.
Cada día, después del trabajo volvía a casa para cuidar
a su madre enferma.
Cuando Felisa se quedó sola en el mundo pensó que le
gustaría volver a estudiar y aprender a cuidar a los enfermos y a curarlos de
sus males. Así, ni corta ni perezosa, volvió a sus estudios, que alternaba con
el trabajo para seguir ganando dinero.
Al cabo de unos años terminó la carrera de medicina y
llegó a ser una brillante doctora; estaba muy orgullosa de su esfuerzo.
«Con trabajar y estudiar tu futuro arreglarás.»
0.999.5 anonimo fabula
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