Ya sabéis que tanto la tortuga como el caracol lleven
la casa a cuestas, es decir, tienen un caparazón en el que se meten cuando
llueve o hace frío. Es una gran ventaja, pero también un grave inconveniente
debido al peso que han de soportar y la consiguiente lentitud de sus
movimientos.
Sin embargo, en este bosque viven una tortuga y un
caracol con gran olfato comercial. Deseosos de ganarse la vida sin gran
esfuerzo, decidieron un día alquilar sus respectivos caparazones a todo
animalito que quisiera res-guardarse del mal tiempo y no pudiera regresar a su
casa con la necesaria rapidez.
Tuvieron un gran éxito. Por unas pocas monedas, otros
bichitos tienen dónde protegerse de un aguacero.
«Hay que tener sentido práctico.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario