La liebre estaba muy preocupada. Se acercaba la Pascua
y tenía mucho trabajo que hacer. Debía pintar miles y miles de huevos para
obsequiar a los niños con ellos. Se puso a trabajar y al poco rato se quedó
dormida.
Como era muy querida, los demás animales decidieron
ayudarla para que pudiera estar todo terminado a tiempo.
-Nos pondremos a pintar los huevos mientras ella
descansa -dijo la hormiga a los demás, para organizarse.
Dicho y hecho, todos los habitantes del bosque se
pusieron manos a la obra y al cabo de poco tiempo todos los huevos estaban
pintados. Cuando vieron que la liebre se despertaba, se marcharon en silencio
pues no querían que ella se enterase.
La liebre se despertó y ¡qué sorpresa tuvo al ver su
trabajo terminado!
-¡Oh, qué extraño! ¿Quién habrá hecho todo esto? -se
preguntaba feliz. Creyó que la autora del prodigio había sido el Hada de
Pascua. ¡Qué feliz se sintió!
«Ser bueno y tener amigos tiene su recompensa.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario