Todos los días, Dormilona y sus amigas solían a pastar
al monte. Después de pastar, Dormilona siempre se quedaba dormida y roncaba tan
fuerte que molestaba a sus compañeras. Estas tenían que despertarla para volver
al pueblo. Un día decidieron darle un buen susto.
Sus compañeras se marcharon sin avisarla y cuando
Dormilona se despertó ya casi era de noche. Al verse sola se llevó un tremendo
susto y tuvo que regresar al pueblo a toda prisa.
-A ver si a partir de ahora procuras que ninguna de
nosotras tenga que hacer de «despertador». Esperamos que lo de hoy te haya
servido de lección para siempre.
Dormilona ya no volvió a merecer tal nombre, pues
comprendió que no había actuado bien con sus compañeras.
«Cada cosa en su momento.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario