«En
tu presencia. venerable río
(Al
Tajo de este modo habló una Fuente),
De
un poeta me quejo amargamente,
Porque
ha dicho (y no hay tal) que yo me
río.»
Un
Arroyo añadió: «Sí, padre mío;
Es
una furia lo que ese hombre miente.
Yo
voy a mi camino, no censuro,
Y
con todo se empeña en que murmuro.»
Dicen
que el Tajo luego
Así
les respondió con gran sosiego:
«¿No
tengo yo también oro en mi arena?
Pues
¡qué! ¿de los poetas os espantan
Los
falsos testimonios?... No os de pena.
Mayores
entre sí se los levantan.
Reíd
y murmurad enhorabuena.»
Los
escritores sensatos, aunque se digan desatinos de sus obras,
continúan trabajando
Iriarte (Tomas de) - 043