Es el primer día de clase. Bufalín y Coyote conversan
animadamente en el patio del colegio.
-¿Habrá nuevos alumnos este curso? -pregunta Bufalín
con curiosidad, pues le gusta hacer amigos.
-No creo. Esta ciudad es pequeña y apenas hay gente
nueva -contesta Coyote.
La clase está completamente llena. Los alumnos,
ocupados en saludarse unos a otros, no reparan en Zorrín, que, triste y tímido,
se sienta apartado en un rincón, intentando pasar desapercibido.
-Queridos alumnos, os presento a Zorrín, vuestro nuevo
compañero -dice la maestra-, espero que pronto seáis todos muy amigos y os
llevéis bien.
En el recreo, Bufalín y Coyote juegan con él. Desde ese
momento serán amigos inseparables.
«Siempre se debe ayudar a quien no tiene amigos.»
0.999.5 anonimo fabula
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