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jueves, 7 de noviembre de 2013

Las atracciones

En Fuenteanimal, capital de Tubolandia, el Ayuntamiento estaba reunido para ocuparse de la falta de juegos y diversiones para los pequeños de la localidad.
-Nuestros hijos no tienen lugares donde jugar -decía don Canguro.
-Hace falta un parque de atracciones, pero el Ayuntamiento no tiene dinero para construir uno -se justificaba el alcalde.
-Creo que nosotros, los padres, podemos convertirnos en atracciones para nuestros hijos en las horas libres -sugirió don Camaleón, dispuesto a hacer lo posible porque sus hijos y los demás niños pudieran divertirse sin problemas.
Así lo hicieron. Don Elefante y don Canguro paseaban a los niños. Con el cuerno de don Rinoceronte los pequeños practicaban el juego de las anillas, etc. Cuando el rey de Tubolandia lo supo, les regaló un parque de atracciones para que siempre lo tuvieran.

«En la vida se resuelven muchas cosas con imaginación.»

0.999.5 anonimo fabula 

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