Cuando algo le fallaba a la tortuga «Mal Genio» era
para echar a correr, pues descargaba su mal humor en el primero que encontraba.
Pero no sólo lo hacía cuando le salían mal las cosas, la verdad es que la
tortuga «Mal Genio» siempre echaba a los demás la culpa de todo lo que le
pasase. Tras uno de sus violentos enfados, la tortuga se marchó.
Pero como en el fondo no era malvada y también tenía
otras cosas buenas, al cabo de un tiempo todos se dieron cuenta de que la
echaban de menos. Al fin y al cabo, sus enfados les entretenían mucho. Y la
tortuga también añoraba a sus amigos.
Cuando volvió junto a ellos fue recibida con gran
alegría.
«Reconoce tus errores y tendrás amigos a montones.»
0.999.5 anonimo fabula
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