Doña Lagartija es muy testaruda y no hay quien le
lleve la contraria.
-iA mí, tus ideas me tienen sin cuidado! ¡Yo tengo
razón, y no se hable más!
Esta mañana, ha salido de paseo con su marido y,
andando, andando, se han alejado mucho de su casa. Para volver, él propone ir
por la derecha; ella, por llevar la contraria, se va por la izquierda.
Don Lagarto lleva en casa un ¡Qué testaruda! buen rato
mientras su esposa aún «Hay que pano ha llegado. ¡Menudo rodeo que habrá dado! ¡Qué
testaruda!
«Hay que pararse a pensar y saber escuchar.»
0.999.5 anonimo fabula
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