La hermosa calandria era conocida en el bosque por su
carácter alegre y aventurero. Se pasaba días enteros volando lejos del nido.
Una vez voló más lejos que de costumbre y además se
rompió una patita. Una niña la vio en el suelo, la cogió y le entablilló la
patita. Quiso llevársela a casa para cuidarla, pero la calandria, al ver sus
intenciones, se escapó de sus manos y se fue volando muy lejos.
-Comprendo que ames tu libertad. Yo habría hecho lo mismo
en tu lugar. ¡Que seas feliz y te cures pronto! -exclamó la niña despidiéndose
de ella con una sonrisa de alegría, pues se alegraba por la calandria.
«No prives a nadie de su libertad.»
0.999.5 anonimo fabula
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