Leoparda trabajaba en un circo ambulante limpiando la
pista después de las actuaciones de las grandes estrellas. La verdad era que en
el fondo de su corazón, Leoparda soñaba con colgarse del trapecio y volar por
el aire entre los aplausos del público. Pero pensaba que jamás lo lograría.
Su amiga Jirafa sospechaba que Leoparda tenía grandes
aptitudes como trapecista. Un día le pidió que se subiese al trapecio.
Leoparda, llena de ilusión, hizo unas cuantas piruetas, pero al final se cayó
al vacío. Su caída fue increíble. Dio volteretas y contorsiones hasta caer en
el suelo, pero con tanta habilidad que no sufrió el menor daño.
Todos quedaron boquiabiertos, tanto que el director
del circo la contrató para actuar en el trapecio como una estrella.
«Cuando tengas oportunidad, no dudes en demostrar lo que vales.»
0.999.5 anonimo fabula
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