Un mapache y un turón se hicieron grandes amigos
durante un viaje a un lejano rincón del mundo. Durante esos días disfrutaron de
todo lo que se les ofrecía.
De vuelta a sus respectivos países, ambos amigos se
escribían diariamente contándose sus aventuras e intercambiando bonitos
recuerdos de sus añoradas vacaciones. Pasaba el tiempo, pero la amistad entre
el mapache y el turón, en vez de debilitarse, se hacía cada vez más fuerte.
Tanto fue así que Ardillita, amiga del mapache, empezó a sentir unos celos
tremendos.
-¡No aguanto más tanta carta! ¡Se escriben todos los
días! -se quejaba Ardillita.
Así que la pequeña ardilla escondía las cartas que el
mapache enviaba a su amigo. Éste al no tener noticias de su amigo, decidió averiguar
qué le ocurría y en veincuatro horas se presentó en casa del mapache. Ambos se
dieron cuenta de lo sucedido y Ardillita avergonzada, tuvo que pedirles perdón
humildemente.
«La auténtica amistad es indestructible.»
0.999.5 anonimo fabula
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