Hormiguita era muy buena, pero tenía un defecto: no
sabía guardar un secreto. Alguna amiga suya le había confiado un secreto con la
promesa de no contarlo, pero casi siempre, al día siguiente todo el hormiguero
sabía la historia. Un día se convocó un concurso en el hormiguero. Consistía en
que la hormiga que trajese el manjar más grande y suculento se llevaría un gran
premio. Hormiguita sabía dónde había un gran trozo de manzana. Necesitaba ayuda
pues ella sola no podía llevarlo al hormiguero. Decidió contárselo a una amiga.
-Si me prometes que no vas a contar a nadie un
secreto, compartirás conmigo el premio del concurso -le dijo Hormiguita.
Hormiguita explicó a su amiga dónde estaba el trozo de
manzana y quedaron a una hora en el sitio que le indicaba. Cuando Hormiguita llegó
al lugar secreto vio sorprendida que el trozo de manzana había desaparecido. En
su lugar había un papel que decía: «Para que te sirva de lección. Los secretos
han de guardarse. Si no, ya ves el resultado».
Hormiguita vio cómo el premio lo ganaba su amiga. Pero
ésta, comprensiva, quiso compartir con ella una parte. Desde entonces fue una
hormiga discreta y supo guardar los secretos
«Cuando no se puede confiar, los secretos hay que guardar.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario