La jirafa era muy orgullosa y, por ser alta y esbelta,
se creía el animal más importante de la creación.
Una tarde, todos los animales oyeron un ruido a lo
lejos. No sabían a qué era debido, por lo que preguntaron a la vanidosa jirafa
si ella podía ver algo.
-Nada veo, vecinos pesados. A lo lejos está todo
tranquilo -les contestó.
Una ardilla, poco satisfecha con la explicación,
decidió comprobarlo por sí misma. Trepó hasta la rama más alta de un árbol y
desde allí pudo ver que un gran incendio se acercaba al bosque amenazando con
quemarlo. La situación era muy peligrosa.
Gracias a la modesta ardilla, los animales pudieron
ponerse a salvo. Desde entonces nadie ha vuelta a hacer caso a la estúpida
jirafa.
«Es mejor la modestia que la vanidad.»
0.999.5 anonimo fabula
GRACIAS Saludos desde Chile ¡¡
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