Dandi era un ciervo que tenía las astas vueltas hacia
abajo, al revés que todos los demás ciervos, y eso le daba un aspecto cómico y
siniestro. Sus vecinos, al cruzarse con él, se burlaban y se reían de su
defecto.
Dandi, que al principio era un ciudadano bondadoso, se
volvió huraño, pues le entristecía que se burlaran siempre de él.
«En vez de comprender mi desgracia, esos cretinos me
insultan para hacerme sufrir y divertirse a mi costa», pensaba Dandi, furioso y
abatido. Un día, Dandi contó su historia a un pajarito que revoloteaba y piaba
sobre su cabeza.
-Yo era bueno al principio, pero ellos hicieron que me
volviera malo -confesó al final, reconociendo su actitud.
Impresionado, el pajarito les relató a todos lo que le
había dicho Dandi. Reconocieron que habían sido los causantes del mal carácter
de Dandi. Desde entonces, arrepentidos, procuran no reírse de los defectos y
las desgracias ajenas.
«Si alguien tiene un defecto, nadie se debe burlar.»
0.999.5 anonimo fabula
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