Había dos caballos de carreras muy buenos, pero
existía entre ellos una gran rivalidad. En el establo se miraban con malos ojos
y se peleaban continuamente pues cada uno se creía el mejor.
Un día llegó un caballo de carreras nuevo que se llamaba
«Veloz». Nada más verlo, se olvidaron de sus problemas. Sabían que el nuevo
podría desbanzarlos, pues corría mucho más que ellos.
-No importa quién gane. Lo que importa es correr y
disfrutar de lo que uno hace -decía «Veloz» o sus compañeros con una sonrisa.
Y cuando ganaba, nunca se enorgullecía de ello. Sus
compañeros terminaron comprendiendo que la rivalidad no tiene ningún sentido.
«No te sientas superior por ganar a tus compañeros, no es bueno
rivalizar.»
0.999.5 anonimo fabula
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