Aquella noche de verano doña Lechuza tenía sus ojos
muy abiertos, como siempre. Oyó ruidos extraños en casa de don Caballo. Se
acercó y vio que Osito salía del cuarto de Caballito cargado de juguetes.
-¡Ah, ladrón! ¿Robando a un amigo? ¡Se lo diré a tu
padre! -exclama enfadada.
-¡No, por favor, doña Lechuza, yo le explicaré!
-repuso Osito arrepentido.
-Te escucho -dijo doña Lechuza, impaciente y con ganas
de oír sus palabras.
-Caballito presume de tener muchos juguetes porque su
padre es rico y se ríe de nosotros, que no tenemos ninguno. Esa es la razón por
la que me los llevo.
-Caballito es un egoísta -dijo doña Lechuza. No seas
como él, deja que presuma, la vida se encargará de darle su merecido. Coloca
los juguetes en su sitio.
Osito obedeció a doña Lechuza y regresó a su casa muy
contento.
«El tener muchas cosas no da la felicidad.»
0.999.5 anonimo fabula
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