Don León tenía un encantamiento que le hacía estar
triste, se negaba a comer y se pasaba el día durmiendo.
Su hija Leoncita fue a ver a una curandera y le contó
el problema. Esta le dio una pluma de ganso y le dijo:
-Quien sepa utilizarla liberará a tu padre del
hechizo.
Muchos probaron suerte, pero ninguno supo dar el uso
correcto a la pluma de ganso hasta que llegó Ardillita y cogiendo la pluma hizo
cosquillas con ella al León. Este prorrumpió en sonoras carcajadas y recobró la
cara alegre que tenía antes de haber sido hechizado. Así don León pudo al fin volver
a la vida con su familia.
«Sin romper el hechizo no hay realidad.»
0.999.5 anonimo fabula
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