Dos arañas llegaron a un jardín al mismo tiempo.
Empezaron a discutir sobre cuál de ellas tenía derecho a quedarse allí. Un pajarillo,
que había estado atento a la disputa, intervino y les aconsejó:
-Lo mejor es que hagáis cada una vuestra propia tela
de araña. La que consiga atrapar más bichos se quedará en el jardín.
Y las arañas se pusieron manos a la obra.
La primera de ellas hacía su tela a toda prisa pero
sin fijarse en los detalles y de mala manera. Su compañera trabajaba con calma
y hacía una red más pequeña, pero muy densa y resistente. Mientras que la
primera terminó enseguida y se burlaba de su rival, ésta no hacía caso y seguía
concentrada en su trabajo.
Cuando acabaron sus telas dejaron pasar un tiempo y
fueron a ver cuántos bichos habían atrapado. En la primera tela sólo habían
caído dos animalitos muy pequeños. En la segunda, catorce. La araña paciente y
tranquila había triunfado y podía quedarse en el jardín. La otra, cansada y
triste, se alejó de su rival. Comprendía que tenía que haber trabajado con más
cuidado y calma. Al menos había aprendido la lección.
«Por tu interés, trabaja siempre bien.»
0.999.5 anonimo fabula
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