Un amariposa cayó en una charca y, como no sabía
nadar, estaba a punto de ahogarse. Al verla en peligro, un topo que estaba en
la orilla comenzó a chillar pidiendo auxilio. Cuando vio a una hermosa liebre
el topo le rogó:
-¡Por favor, doña Liebre, ayude a esa mariposa! ¡Se
está ahogando! ¡No sabe nadar!
-No puedo, lo siento. Si me meto en la charca, mi
vestido se ensuciará -respondió la liebre mientras se alejaba.
Pasó por allí una liebre fea y huesuda, que al ver a
la mariposa se arrojó al agua y la salvó. No le importó mancharse el vestido.
Su generoso gesto la convirtió en la más hermosa de
todas las liebres del lugar.
«No seas egoísta y abandones a tus compañeros.»
0.999.5 anonimo fabula
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