Mamá Guepardo tenía cinco cachorros. Un día tuvo que
visitar a su prima, que estaba enferma.
-Tengo que salir, portaos bien -les avisó.
Tan pronto como ella salió, los cinco lo revolvieron
todo. Cuando se les terminó la diversión en casa se fueron de paseo. Apenas
habían andado cien metros cuando un águila grandísima se lanzó sobre ellos. Muy
asustados, se refugiaron debajo de un paraguas abandonado. El águila se llevó a
su guarida el paraguas con los cachorros dentro. Por fortuna, su vuelo se vio
interrumpido por los disparos de un cazador. Los guepardos cayeron desde gran
altura sobre un charco poco profundo. Atontados por el golpe, salieron del agua
y volvieron a casa muertos de miedo.
Cuando los vio, Mamá Guepardo les echó la zarpa
encima, y tanto les estiró las orejas que se hicieron el doble de grandes.
Además, estuvieron castigados sin salir de casa durante una semana. ¡Se lo
tenían bien merecido!
«Si no obedeces, tendrás lo que te mereces.»
0.999.5 anonimo fabula
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