Los recreos en la escuela de Pago-Pago eran muy famosos
porque siempre sucedía algo durante el partido de fútbol. Generalmente se
perdía la pelota y entonces se terminaba el partido.
Un día, todos jugaron con mucho cuidado para no
perderla. Hasta que Elefantín, que era el portero de los rojiblancos, sacó
demasiado fuerte la pelota y ésta se fue ¡directamente a las nubes! Todos
esperaron que cayese pero, por más que buscaron hasta en las copas de los
árboles cercanos, ¡ni rastro de la pelota! Al día siguiente, doña Avestruz
aclaró todo:
-¡Menudo lío preparasteis! Don Pelícano iba hablando
con doña Gaviota en pleno vuelo, cuando se encontró con el pico desencajado...
iy una pelota dentro!
En Pago-Pogo se habló durante mucho tiempo «del
misterio de la pelota perdida».
«Se debe jugar pensando en los demás.»
0.999.5 anonimo fabula
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