Un grupo de abejas salió a buscar flores, pero no
encontraron ninguna. Estaban desesperadas porque sin flores no podrían hacer
miel.
Un día, una abeja descubrió una cueva lleno de flores
recién cortadas. Cuando estaban todas contemplando las flores, apareció el oso
de la cueva e intentó echarlas.
-¡No tienes derecho a llevarte todas las flores!
Muchos animalitos vivimos gracias a ellas -exclamó una de las abejas.
En vez de enfurecerse, el oso se puso a llorar
mientras les decía:
-Estoy muy triste porque me siento solo y para
consolarme necesito tener muchas flores. Ellas me hacen compañía.
Las abejas se compadecieron de él y le prometieron que
irían todos los días a verle. Además, le regalaron un gran tarro de miel. Así
el oso pudo ser feliz al tener amigos con quien jugar, y no se sintió más solo.
«Uno puede ser feliz y hacer feliz a los demás.»
0.999.5 anonimo fabula
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