-No andes atravesada y no roces tus
costados contra la roca mojada, -decía una langosta marina a su hija.
-Madre, -repuso ésta, tú, que
quieres instruirme, camina derecha y yo te miraré y te imitaré.
Antes de dar un consejo con tu palabra, primero dalo con
tu ejemplo.
1.023.5 Esopo
No hay comentarios:
Publicar un comentario