Allí estaba doña Tortuga patas arriba en el suelo
entre las burlas de Rayo y las risas de todos.
-¡Parece mentira que te comportes así! -dijo doña
Tortuga muy enfadada por lo que había hecho Rayo.
-Es que es usted tan lenta que la ráfaga de viento que
he levantado la ha tirado -contestó Rayo riendo.
-No ha sido una ráfaga de viento. Tú misma me has
empujado, ¡mentirosa! -respondió doña Tortuga cada vez más irritada-. Ade-más,
yo soy lenta pero segura. Tú, en cambio, eres una atolondrada.
-¿Me está desafiando? -preguntó Rayo molesta.
-¡Eso es! Voy a demostrar que no eres más que una
fanfarrona. Yo, que soy tan lenta, voy a ganarte en una carrera -anunció doña
Tortuga.
-¿Han oído ustedes? ¡Desafiarme a mí! -exclamó Rayo un
poco nerviosa.
«Cada uno debe estar contento con lo que tiene.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario