Una mañana llegó al pueblo un nuevo vecino. Todos
quedaron admirados de su distinción: ¡en verdad era un gran caballero! Durante
un tiempo fue tratado por los vecinos como un rey.
Un día, una gran riada inundó varias madrigueras. Para
ayudar a los vecinos que se habían quedado sin cobijo se hizo una colecta.
Todos dieron dinero excepto «el gran caballero», que no entregó ni un céntimo.
Desde aquel día el rico avaro fue tratado con
indiferencia, lo que hizo que, con el tiempo, se decidiera a abandonar el
pueblo.
Cuando se alejaba observó que salía humo de varias
viviendas. ¡El pueblo se estaba quemando! Intervino rápidamente y con gran
esfuerzo apagó el fuego. Los vecinos le expresaron su agradecimiento y le
perdonaron su tacañería.
«No seas avaro aunque tengas un corazón bondadoso.»
0.999.5 anonimo fabula,
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