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domingo, 22 de septiembre de 2013

Hercules y el boyero

Recibido Hércules entre los dioses y admitido a la mesa de Zeus, Conducía un boyero una carreta hacia una aldea, y la carreta se despeñó a un barranco profundo.
El boyero, en lugar de ayudar a los bueyes a salir de aquel trance, se quedó allí cruzado de brazos, invocando entre todos los dioses a Hércules, que era el de su mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo:
-¡Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu parte!
-Si no lo haces así, nos invocarás en vano.

La oración debe acompañarse siempre previamente de la acción.

1.023.5 Esopo

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