Manolo era un perrito muy feliz cuyo único sueño era
ser futbolista. Lo deseaba por encima de cualquier otra cosa en el mundo.
Seré el futbolista más famoso del mundo y nadie podrá
impedirlo -decía constantemente.
-Hijo, si por alguna causa no llegas a ser un buen
futbolista no te hundas por ello, a veces también hay que tener suerte -le
decía su padre.
-¿Suerte? No, lo que cuenta es la voluntad -le
contestaba Manolo.
Pasó el tiempo y Manolo sufrió una caída y se rompió
una pata. Nada pudieron hacer los médicos por curársela y tuvieron que amputarla.
Manolo ya no podría ser un futbolista famoso. Sin embargo, con el tiempo
consiguió ser un comentarista de fútbol de mucho prestigio.
«En esta vida confórmate con lo que consigas.»
0.999.5 anonimo fabula,
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