Había una vez un hipopótamo que siempre se colocaba el
primero en la parada del autobús, sin preguntar si había al quien antes que él,
y además entraba dando empujones y codazos por doquier.
Ya en el asiento, abría un gran periódico y tapaba el
rostro de su compañero, tosía con la boca muy abierta y se movía constantemente
para ponerse cómodo molestando a todos. Al bajarse salía del autobús dando
pisotones.
Al fin, todos podían respirar tranquilos.
«Vivimos en sociedad y no debemos molestar a los demás.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario