Al hipopótamo no le gustaba
hacer los deberes que el profesor le mandaba para casa y su madre le decía:
-Hijo mío, has de hacer los deberes.
Pero él no quedaba muy convencido y le contestaba con
mucha parsimonia:
-Bueno, mamá, si te empeñas... los hare dentro de un
rato.
Así llegaba la noche sin que hubiese hecho los
deberes. Al día siguiente se levantaba antes de lo normal y hacía, al menos,
una parte pero lo único que conseguía era llenar cuadernos con garabatos sin
sentido y que le pusieron un cero. No hubo forma de convencerle de la necesidad
de hacer los deberes. Perdió el curso y tuvo que repetir.
«Obedece a tus padres, que saben mucho.»
0.999.5 anonimo fabula,
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