-¡Hum! ¿A qué huele? -pregunta Ciervito al percibir un
olor extra-ño y desconocido.
-Yo diría que huele a... ¡quemado! -grita Ratoncín
lleno de angustia.
-¡Fuego, hay fuego en el bosque! -exclama Conejín
dominado por el pánico.
Todos los animales echan a correr despavoridos,
intentando sal-varse del fuego.
-¡Corre, hijo, corre todo lo que puedas! -le grita
mamá Cierva que, de repente, surge de la espesura, preparada para ayudar a su
cachorro.
Ciervito, desconcertado, echa a correr seguido por su
madre. Mamá Cierva va quedando atrás y él, asustado, se queda a esperarla.
-¡No, hijo, no te detengas! ¡Huye, huye lo más rápido
que puedas! Yo no puedo seguirte, lo importante es que te salves tú -le gritaba
su madre, rodeada por las llamas.
«Los mayores protegen a los pequeños.»
0.999.5 anonimo fabula,
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