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domingo, 22 de septiembre de 2013

El niño y el gusano de ortiga

Un niño fue herido por un gusano de ortiga.
Corrió a su casa y dijo a su madre:
-Me ortigó fuertemente, pero yo solamente lo toqué con suavidad.
-Por eso te ortigó -dijo la madre, la próxima vez que te acerques a un gusano de esos, agárralo con decisión, sin caricias, y entonces será tan suave como seda, y no te maltratará de nuevo.

Al insolente, irrespetuoso, o delincuente, debe demostrársele siempre que la autoridad prevalece sobre él.

1.023.5 Esopo

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