Una anciana encontró un recipiente
vacío que había sido llenado con el mejor de los vinos y que aún retenía la
fragancia de su antiguo contenido.
Ella insaciablemente lo llevaba su
nariz, y acercándolo y alejándolo decía:
-¡Que delicioso aroma¡¡Qué
maravilloso debió haber sido el vino que dejó en su vasija tan encantador
perfume!
La memoria de todo lo bueno es perdurable.
1.023.5 Esopo
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