Llegado el verano, una hormiga que
rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para
alimentarse durante el invierno.
La vio un escarabajo y se asombró
de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus
trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el
momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las
boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de
comida. Entonces sí respondió la hormiga:
-Mira escarabajo, si hubieras
trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te
faltaría el alimento.
Cuando te queden excedentes de lo que recibes con tu
trabajo, guarda una porción para cuando vengan los tiempos de escasez.
1.023.5 Esopo
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