-¡Ja, ja! -se reía Conejito, bromeando con el pico de
su amigo-. Algún día el pico te pesará tanto que no podrás levantarte de la
cama. Es un pico inmenso, ¡enorme!
-¡Sí, sí, ríete, ya verás lo útil que puede ser mi
pico! -contestaba el pelícano.
Una mañana, yendo juntos a la escuela, unos perros con
ganas de buscar pelea se lanzaron sobre Conejito. Este corrió hacia Pelícano en
busca de ayuda, desesperado. Su amigo, sin dudarlo, abrió el pico y le dijo a
Conejito que se metiera dentro.
Pelícano alzó el vuelo y salvó a su amigo de los
perros.
Desde entonces, Conejito ya no hace bromas sobre el
pico de su amigo, pues se ha dado cuenta de que todo es importante.
«No te rías de los demás; algún día los necesitarás.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario