Ram era un sapo muy desgraciado pues todo le parecía
mal. Siempre se quejaba por todo.
-¿Por qué habré tenido que nacer sapo? ¿Es que no
podría haber sido un hermoso lince o una de esas aves que vuelan por el cielo?
-se quejaba constantemente.
Sus amigos trataban en vano de razonar con él.
-Mira, Ram, es posible que haya animales más hermosos,
pero seguro que los sapos pueden hacer cosas que los linces no hacen -le decía
Jip con una gran sonrisa.
Era inútil. Ram estaba cada vez más amargado y no
escuchaba a nadie. Sus amigos dejaron de intentar convencerle y lo abandonaron.
Al final fue un gruñón solitario.
«Debemos estar contentos con lo que tenemos.»
0.999.5 anonimo fabula,
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