Un hombre pobre se hallaba
gravemente enfermo. Viendo que no podrían los médicos salvarle, se dirigió a
los dioses, prometiendo ofrendarles una hecatombe y consagrarles múltiples
exvotos si lograba restablecerse.
Le oyó su mujer, que lo acompañaba
a su lado, y le preguntó:
-¿Y de dónde sacarás tanto dinero
para cubrir todo eso?
-¿Y crees tú que los dioses me lo
van a reclamar si me restableciera? -repuso el enfermo.
Nunca hagas promesas que de antemano ya sabes que será
imposible cumplirlas.
1.023.5 Esopo - 000
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