Tiraban unos pescadores de una red
y como la sentían muy cargada, bailaban y gritaban de contento, creyendo que
habían hecho una buena pesca. Arrastrada la red a la playa, en lugar de peces
sólo encontraron piedras y otros objetos, con lo que fue muy grande su
contrariedad, no tanto por la rabia de su chasco, como por haber esperado otra
cosa.
Uno de los pescadores, el más
viejo, dijo a sus compañeros:
-Basta de afligirse, muchachos,
puesto que según parece la alegría tiene por hermana la tristeza; después de
habernos alegrado tanto antes de tiempo, era natural que tropezásemos con
alguna contrariedad.
Es rutina de la vida que a buenos tiempos siguen unos
malos y a los malos tiempos le suceden otros buenos. Estemos siempre preparados
a estos inesperados cambios.
1.023.5 Esopo - 000
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