Un hombre tenía dos perros. Uno era
para la caza y otro para el cuido. Cuando salía de cacería iba con el de caza,
y si cogía alguna presa, al regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro
guardián. Descontento por esto el perro de caza, lanzó a su compañero algunos
reproches: que sólo era él quien salía y sufría en todo momento, mientras que
el otro perro, el cuidador, sin hacer nada, disfrutaba de su trabajo de caza.
El perro guardián le contestó:
-¡No es a mí a quien debes de
reclamar, sino a nuestro amo, ya que en lugar de enseñarme a trabajar como a
ti, me ha enseñado a vivir tranquilamente del trabajo ajeno!
Pide siempre a tus mayores que te enseñen una preparación
y trabajo digno para afrontar tu futuro, y esfuérzate en aprenderlo
correctamente.
1.023.5 Esopo - 000
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