Topo, Liebre y Cerdito volvían de dar un paseo cuando
vieron que unos gamberros lanzaban bolas de nieve a un cachorrillo.
-¡Pobrecito, estás helado y tiritando! -dijo Cerdita,
compasiva.
-¡Me ha entrado nieve hasta por las orejas! –se quejó
el perrito.
Los amigos descubrieron que se llamaba Solo porque no
tenía padres y andaba siempre vagabundeando. Cerdita, que vivía sola, se llevó
al cachorro a su casa para que ambos se hicieran compañía.
Desde entonces, siempre que Cerdita sale de paseo con
sus amigos, Solo se queda cuidando la casa.
«No es buena la soledad, alguien te podrá acompañar.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario