Un perro de caza atrapó un día a
una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico. Cansada la liebre
de esa cambiante actitud le dijo:
-¡Deja ya de morderme o de besarme,
para saber yo si eres mi amigo o si eres mi enemigo!
Sé siempre consistente en tus principios.
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario