Penetró un perro en una carnicería,
y notando que el carnicero estaba muy ocupado con sus clientes, cogió un trozo
de carne y salió corriendo. Se volvió el carnicero, y viéndole huir, y sin
poder hacer ya nada, exclamó:
-¡Oye amigo! allí donde te
encuentre, no dejaré de mirarte!
No esperes a que suceda un accidente para pensar en cómo
evitarlo.
1.023.5 Esopo - 000
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