Pescaba un pescador en un río,
atravesándolo con su red de una a otra orilla; luego, con una piedra atada al
extremo de una cuerda de lino, agitaba el agua para que los peces, aturdidos,
cayeran al huir entre las mallas de la red.
Lo vio proceder así un vecino y le
reprochó el revolver el río, obligándoles a beber el agua turbia; más él
respondió:
-¡Si no revuelvo el río, tendré que
morirme de hambre!
Igual sucede con las naciones: entre más discordia
siembren los agitadores entre la gente, mayor será el provecho que obtendrán.
Forma siempre tu propia opinión y no vayas a donde te
quieran empujar otros sin que lo hayas razonado.
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario