Los corderos del rebaño tenían grandes discusiones,
pero, ante el común enemigo, el lobo, siempre se terminaban uniendo.
Para protegerse de su feroz amenaza habían contratado
a unos perros cazadores. De este modo, por más que los lobos intentaban meterse
en el corral, no lo conseguían.
Los lobos, con mucha astucia, enviaron un mensajero a
los corderos diciendo que los perros tenían la culpa de sus problemas y que debían
librarse de ellos. Los ingenuos corderos se creyeron lo que les dijeron y
despidieron a los perros.
Así, los inteligentes lobos pudieron darse un banquete
con los corderos.
«Es mejor desconfiar de los listos que te quieren mal.»
0.999.5 anonimo fabula
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