Tuvo antiguamente el milano otra
voz, una voz penetrante.
Pero oyó un día a un caballo
relinchar admirablemente, y lo quiso imitar. Pero a pesar de todos sus
intentos, no logró adoptar exactamente la voz del caballo y perdió además su
propia voz.
Así, quedó sin la voz del caballo y
sin su voz antigua.
Nunca te dispongas a imitar las cualidades ajenas si no
tienes la preparación y condiciones adecuadas para hacerlo, so pena de quedar
como un vulgar y fracasado envidioso
1.023.5 Esopo - 000
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